domingo, 28 de febrero de 2010

De kerala y Petra.




A veces, el cuerpo te pide parar. A veces... puede hacérsele caso. Si esto te ocurre en la India, estás de suerte. Existen en la India tantas razones para parar...
Respiremos hondo. Comencemos por los pies. Respira y siente esa parte del cuerpo, allá en el sur. Caliente como todos los sures de este mundo. Siente cada dedo. Hagámosle caso a cada uno de esos pequeños dedos que tenemos tan olvidados. Estamos en Kerala, en un centro ayurvédico.





Panchakarma significa limpieza de cuerpo y mente



Hemos parado por fin, y nos dejamos sentir. Respiremos hondo.
Por decirlo de alguna manera, Kerala no es la India. Sí es: "otra India", una que lleva cientos de años esculpiéndose. Cada grano de sus playas, cada célula de la piel de un Keralés, cada tratamiento Ayurvédico existe y es como es, porque así ha sido pulido por el tiempo. Siglo tras siglo.



Por eso en thiruvananthapuram, su capital (Trivandrum) existe un orden dentro del caos, un silencio en el ruido, una quietud en su devenir que invita al descanso y a la meditación. Sentimos ahora el resto del pie. Notamos su cansancio, su fortaleza, su importancia.





Iglesias cristianas con un toque indú abundan en esta zona. Aquí los Cristos son representados en actitud de enseñanza o de felicidad pero nunca muestran sufrimiento alguno, y los santos conviven con los santones y hados en alegre comunión. La planta del pie y los talones, de allí vamos subiendo a los tobillos. La espiritualidad está en la calle y siempre a lo lejos se oye un Mohacin llamar al rezo, o una gran fiesta en un templo intenta atraer a la población con música, bailes, elefantes... O una procesión cristiana recorre las calles con cantos exóticos.



Son nuestras piernas ahora las que se relajan. La diestra mano de nuestro terapista recorre una y otra vez los invisibles caminos que enseña el ayurveda. Las fabulosas playas que bañan las costas de Kerala se llenan los fines de semana de indúes que acuden al espectáculo de las olas, donde se sumergen completamente vestidos.



Las mujeres con sus saris brillantes y los hombres con sus zapatos de domingo se ríen cuando les llega el mar y los sorprende, y al vernos mirar con tanto asombro, posan para nosotros. Pues si hay algo que le gusta a un indú, ya sea de Kerala o de cualquier otro sitio... es posar.




Mon y sus niñas terapistas/Con sus sastres/Nuestras enfermeras

En Kerala supimos que hay muchos tipos de baños (pizhichil) y masajes relajantes y curativos (sirovasti, sirodhata). Aquí se llama Backwaters a una extensa zona cercana a la costa compuesta por canales interconectados de agua dulce y salobre. Muchos animales se concentran en este lugar.




Los martines pescadores nos observan mientras en la orilla de enfrente unos pescadores echan sus redes haciendo equilibrio sobre barcas para funambulistas, o un nativo nos mira curioso. Las águilas pescadoras hacen sus picados. Es tiempo para soñar. Dejamos que sea la leche ahora quien bañe nuestro cuerpo . Untada con unas muñequillas de arroz y muy caliente nos permite abandonar este mundo y, llevados de la mano de expertos, vamos allá donde el olor dulce junto al calor más casero lo resuelven todo. Es como bañarse en arroz con leche, aquel postre lleno de cariño que nuestras madres nos hacían antes de inventar el "Danone". Así es a veces el ayurveda.



No puedo dejar de contarte tantas cosas... Llegamos al cabo más sur de la India. Es la Tarifa de aquí. Un lugar lleno de peregrinos. Un lugar donde unas rocas marcan el fin del mundo para muchos. Sobre las rocas dos enormes templos. Estamos acostados en una camilla y un chorro de aceite muy caliente viaja por nuestra frente (sirodhara). Los pensamientos se evaden y es ese chorro de aceite un cordón que nos une a la tierra. Así pasa el tiempo mientras un grupo de pescadores arreglan sus redes. Ellos no saben que ha llegado para nosotros la triste despedida.

Nueva Delhi nos vuelve a recibir, esta vez como a viejos conocidos. Es la tercera vez que pasamos por aquí y aunque es muy grande, siempre nos hemos quedado en el mismo barrio y ya vamos conociendo y no resultamos tan novedosos. La cobra del encantador de serpientes también nos deja acercarnos como buenos amigos.







Encantadora con serpientes// Placita de los pájaros


Ramses es nuestro conductor de rickshaw. Nos llevó al hotel al acabar nuestras compras y quedó al dia siguiente a nuestra disposición. Había nacido en Delhi hacía 35 años y gracias a un pariente lejano había conseguido este trabajo que, aunque duro al principio, era una bendición. Cuando conseguía una carrera que consideraba "de suerte" iba a agradecérselo a la vida a una pequeña plaza rodeada de coches, donde muchas personas pagaban las 5 rupias que costaba el platito de comida para los pájaros. Aquello estaba siempre lleno de pájaros que acudían a comer y de indúes que les agradecían su existencia. Palomas, cuervos y milanos, estos últimos, sólo al atardecer. Los pájaros y un sin fin de personas agradecidas llenaban de vida aquel pequeño espacio ruidoso, pero del que tanto tendríamos que aprender los que nos creemos superiores tan sólo por vivir en el primer mundo.



Templo del Loto


Nos llevó Ramses a visitar muchos lugares bellos. Nos llevó al templo del Loto que estaba cerrado ese día. Visto desde la valla nos recordaba a la ópera de Sidney. Y gracias a que estaba cerrado pudimos ver otro templo . Y no podemos terminar este relato sin nombrarlo. Se trata del templo Sij de Deli (Gurdwara Bangla Sahib). El sijismo es una religion que se escindió del hinduismo hace relativamente poco tiempo. Sus seguidores llevan un enorme turbante que cubre el pelo que no se cortan nunca. También llevan siempre una pulsera de plata y algunos de ellos llevan un puñal que recuerda su origen guerrero. En sus templos, como este en Delhi, se da de comer a todo el que lo visite. No importa ni tu condición ni tu religión, allí siempre eres bien acogido.







Todo llega a su final. Llegó el momento de decir adiós a este país fabuloso. Estamos convencidos que volveremos pero no por ello es fácil evitar unas lágrimas de emoción mientras nos dirigimos al aeropuerto Indira Gandi para coger un avión a nuestro último destino: Petra (Jordania).

No teníamos tiempo más que para visitar un lugar en Jordania. Ese lugar era ineludiblemente Petra. El taxista nos dejó directamente en la puerta de aquel paseo que atravesaba el desierto hacia un mundo lejano. Tan lejano que tus sentidos no pueden asimilar ni comprender lo que allí se muestra. A través de un pasillo que el tiempo hizo en la montaña, te adentras poco a poco en la entraña de una cultura que se presenta ante tus ojos de esta manera que se muestra en la imagen.



primera visión



El paseo por la garganta de repente se hace sueño. Un gran templo esculpido en la piedra se presenta a nuestros ojos como una broma de la vida. A partir de ahí se suceden las estancias de una gran ciudad abandonada, toda ella cavada en las rocas. Las piedras calizas juegan con los hombres y la naturaleza transformándose en lo imposible, desvelando un gran pueblo que un dia fue y por alguna razón quedó desierto y escondido durante siglos.


Seca, roja, con ciertos dibujos sorprendentes, implosiva, dentro de sus muros colorados, el tesoro es la imagen que merece la pena de todo el camino, el tesoro y los surcos de colores de la piedra en las cuevas. Apenas echamos un vistazo de algunas horas. Jordania plana, llana, seca, vacía en nuestro camino hacia Petra. El norte, nos han contado que guarece otro encanto. La gente, nuestra primera impresión, muy maja. Amable de trato, educada, instruida y segura. Nos gustó.






Llegamos a Ítaca, tras rogar que el viaje fuera largo, que no terminase, tras adentrarnos en aventuras y conocimientos ... muchos fueros los amaneceres. La encontramos con más hijos que los que dejamos al partir, una preciosa en el vientre de Susi y Quicu, la encontramos con los padres más cerca que nunca, la encontramos cambiada con males laborales que podrían llevarnos a otros derroteros, siempre buenos. Era la misma y otra de la que esperábamos. Nosotros, los mismos y otros que partimos.


Después de más de dos meses desde el regreso pensamos en lo que nos ha dejado este viaje inmenso. Os diríamos que curiosidad, humildad en la mirada, aprender a adaptarse. No importa mucho lo que te rodee, en fin, cualquiera puede o pudo o podrá ser tu forma para adaptarte a ese mundo que te toca cada dia. Eso no hace que pierdas ni un ápice de quién eres, mas bien al contrario, ganas de ti.

Y el gusto de coger el bus, el coche, el tren, de recorrer cualquier tramo de vida con los ojos y el corazón del viaje: La Semana Santa de Sevilla, el Malecón de Ortigueira, las callejas de Jerez, nuestros amigos, la familia; de reconocer y no dar por sentado, de mirar para conocer qué es y quiénes son hoy. A veces en alguna calle, en rincones de este presente que hoy vivimos, nos sorprendemos mutuamente y basta una mirada para comprender que seguimos viajando.

Esperamos que sea el primero de muchos otros viajes lejos y del siguiente que está en proceso ya aquí, cerca, en nosotros. La huella ha quedado dentro.

Mil gracias a todos y todas por leernos durante estos meses, por hacernos sentir vuestro latido que animaba a los dedos a escribir a veces sin casi tiempo o sin tildes ni comas ni eñes. Vuestra compañía ha sido real a través de este blog. Podeis contar que habeis dado la vuelta al mundo o que el mundo os la ha dado, en fin, qué se yo.

Gracias de todo corazón por el camino que también se ha hecho con vuestros ojos, palabras y entusiasmo. Gracias a nuestro amor que ha venido reforzado y más realista que al marchar. Gracias al mundo que se dejó girar.



4 comentarios:

  1. Querida Mon, cada día escribes mejor. Muy bonito todo lo que dices y las fotografías, y el hecho de que estéis cada vez más cerca el uno del otro y más cerca de todo y de todos.
    Qué os puedo decir, que os quiero mucho y que me alegro de que estéis cerca de nosotros que os necesitamos también para respirar.
    Mer

    ResponderEliminar
  2. Qué bonito, Mon, un beso muy fuerte para los dos desde Haití. Estoy aquí hasta noviembre y a la vuelta me encantaría veros. Que nunca dejemos de viajar!

    ResponderEliminar
  3. Buen relato y buenas fotografias!

    he entrado en este Blog intentado encontra en el ciberespacio a mi amigo Juanjo que años hace que no se de el y veo que el tiempo (a juzgar por las fotografias) le trata bien.

    Alguien puede darle mi e-mail?

    sebastiarotger@gmail.com

    Un saludo desde Mallorca
    Tià Rotger

    ResponderEliminar
  4. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    COMPARTIENDO ILUSION
    JUANJO Y MON

    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...




    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.

    José
    Ramón...

    ResponderEliminar